No hay nada como la llegada del buen tiempo, cuando aun las playas no están llenas y poder disfrutar del agua transparente sobre mi tabla.
Vivo en el campo y es imposible no filmar la llegada de la primavera y la visita obligada a mi burrito favorito.
La Llotja de Palma acoge una exposición que consiste en 12 obras distribuidas en diferentes espacios, incluido el exterior del edificio histórico. En la plaza del edificio se muestran dos esculturas de gran tamaño, en diferentes calles hay obras luminosas y dos ultimas en el casal Solleric.
En un día de primavera impredecible, donde el sol puede brillar radiante un momento y las nubes pueden descargar lluvia al siguiente, nuestro protagonista se acerca a la ventana y al contemplar la lluvia, surge en él una idea. Convertir un día gris en algo especial, se embarca en una misión: transformar su hogar en el refugio perfecto para disfrutar de una noche de películas y aperitivos. Con una bolsa llena de tentaciones y una cocina lista para la acción, nuestro protagonista se sumerge en la preparación de una experiencia cinematográfica inolvidable. Finalmente, envuelto en una manta en el sofá, listo para sumergirse en la película favorita de la noche.
En la llegada anticipada de la Semana Santa, una persona se aventura en el campo en busca de setas, sin estar preparada para la temporada festiva que se avecina. Mientras explora el bosque, un destello repentino captura su atención, llevándolo a descubrir un objeto misterioso entre la maleza. Mientras tanto, otro transeúnte, se ve sorprendido al encontrar un trozo de empanada mallorquina típica de la Semana Santa en el suelo. La casualidad los lleva a encontrarse en un festín improvisado.
En la llegada anticipada de la Semana Santa, una persona se aventura en el campo en busca de setas, sin estar preparada para la temporada festiva que se avecina. Mientras explora el bosque, un destello repentino captura su atención, llevándolo a descubrir un objeto misterioso entre la maleza. Mientras tanto, otro transeúnte, se ve sorprendido al encontrar un trozo de empanada mallorquina típica de la Semana Santa en el suelo. La casualidad los lleva a encontrarse en un festín improvisado.